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SOMOS CAPITAL se celebra con una frecuencia de unas dos o tres veces al mes en el restaurante Tondeluna, con un aforo limitado de unas cincuenta personas. Los cocineros que participan en estos encuentros lo hacen de manera desinteresada y atendiendo a la petición de amistad que les hemos formulado desde el restaurante Tondeluna.  
Protagonistas SomosCapital 2012: Koldo Rodero
Los ponentes que participan en estos encuentros lo hacen de manera desinteresada y atendiendo a la petición de amistad que les hemos formulado desde el restaurante Tondeluna.
 
Andoni Luis Aduriz | Pau Arenós| Juan Mari Arzak | Martín Berasategui | Lorenzo Cañas| Jordi Cruz | Quique Dacosta| Miguel Ángel de Gregorio | Ignacio Echapresto| Marcos Eguren | Miguel Espinosa| Dani García| Koldo Rodero | Ángel León | Paco Morales| Josean Martínez Alija | Marcos Morán| Álvaro Palacios | Joan Roca | Juan Ángel Rodrigávarez | Pepe Rodríguez | Jesús Sánchez | Marisa Sánchez | Agustín Santolaya | Pedro Subijana
 
Koldo Rodero Koldo Rodero
estará con nosotros en SomosCapital
el 4 de septiembre de 2012
 
Koldo Rodero
La naturaleza innovadora
Previo:
por Pablo García Mancha

Koldo Rodero, que explica que sus necesidad de innovar en la cocina es consecuencia de su naturaleza como ser humano, siempre ha reivindicado su cocina como una experiencia local, en la que la técnica y los avances científicos tienen como valor fundamental el respeto al sabor de las cosas y, en la medida de lo posible, al producto autóctono de temporada, tal y como lo describe Miguel Ángel Rincón.

Koldo Rodero nació en Tolosa y la gastronomía tiene mucho que ver con él desde antes de nacer, ya que sus padres (una guipuzcoana y un navarro) se conocieron trabajando en los fogones del restaurante Guría, de Barcelona. Y de la Ciudad Condal a Pamplona, donde sus padres abrieron un restaurante al lado de la plaza de toros hace cuarenta años. Jesús Rodero elevó al restaurante a las más altas cotas de la gastronomía navarra. Después llegó el cambio de la mano de su hijo Koldo, que revolucionó el establecimiento con propuestas de vanguardia. Hoy el Restaurante Rodero está considerado como el más creativo e innovador de Navarra y su cocina, además de trascender las fronteras forales, está muy reconocida y posee una estrella Michelin.
Koldo Rodero se define como un cocinero autodidacta, aunque "la base sólida de conocimientos de la cocina tradicional la obtuve de mi padre, que ya en su época fue un gran cocinero. El resto ha sido consecuencia de mi inquietud investigadora, de leer y observar mucho, de gastarme todo el dinero en comer y de asistir a congresos y trabajar mucho". En una entrevista recordaba que "fui creciendo a base de leer y de comer por ahí. Una vez recuerdo que comí con mi padre en Arzak, porque eran amigos. Y no olvidaré un biscuit glacé con chocolate caliente, que me pareció una cosa realmente fantástica".

Y aunque en Navarra suele mandar la tradición en los fogones, Koldo se animó y comenzó a realizar cosas nuevas en su restaurante: “Opté por no hacer la caza guisada para que las carnes no se deshidratan, por cocer un poco menos las verduras, rozando el dente, aunque quizás a veces tuviéramos confusiones. Y hubo algunos desencuentros con gente mayor, partidarios de las verduras muy hechas y a quienes, lógicamente, cuesta convencer de lo buena que es una borraja crocante", explicaba en la revista Origen.
Y todos estos cambién tuvieron más lecturas para la evolución de Koldo Rodero como cocinero: "La consecuencia fue que me cargué la clientela que habían hecho mis padres y sin embargo se fue renovando con un público más joven. Fue entonces cuando empezaron a fijarse en mi cocina las guías gastronómicas. Ese reconocimiento fue un impulso importante para crear otro tipo de clientela más joven y para seguir desarrollando una cocina que busca proporcionar sensaciones nuevas”.

Y no se ha quedado ahí, ya que la evolución del cocinero ha vivido diferentes etapas hasta la más feliz, que es la que está viviendo en la actualidad, tal y como explica Rafael García Santos en 'Lo Mejor de la Gastronomía': "¿Qué ha variado? Pues que el chef se ha alejado del espectáculo, lo tecno y del seguimiento de corrientes de moda, en recesión con la crisis y el cambio de ciclo culinario, para practicar una cocina más real e infinitamente más efectiva. Koldo ha ganado en personalidad, propia y navarra, poniendo en escena platos creativos muy arraigados en el territorio. Fórmulas, he aquí su mayor valor, muy argumentadas". Y así se expresa en varias de sus nuevas composiciones: "Alucinante el tomate marmande en texturas con pimientos rojos, manzana, albahaca, tomillo, romero, puré de aceitunas, ajo negro crocante, polvo helado de Idiazabal y caldo del propio fruto; la mejor ensalada de tomate en muchos años. Pletórico y oceánico a más no poder el manjar blanco con erizos y algas nadando en la crema de los primeros. Genialidad minimalista: tacos de chipirón y daikon, crudos y calientes, sobre aterciopelada salsa negra, deparando contrastes marinos y terrosos con el hilo conductor de la tinta..."

Koldo Rodero
Crónica:
por Pablo García Mancha
Álbum:
por James Sturcke

El cocinero navarro Koldo Rodero realizó un viaje interior hacia lo más profundo de su trayectoria vital y los orígenes de su relación familiar con la gastronomía en su ponencia en Somos Capital de Tondeluna, que sirvió para dar el pistoletazo de salida de estas sesiones desde este momento hasta cuando Francis Paniego y Luisa Barrachina dispongan. (Lo cierto es que este cronista no tiene empacho alguno en reconocer la maravilla de esta iniciativa cultural, todo lo que está aprendiendo y la calidad humana de los personajes que están pasando por Tondeluna).

Y como ha ocurrido en anteriores jornadas, la ponencia de Koldo Rodero volvió a ser una sesión 'unplugged', tal y como tan acertadamente definió el cocinero de Calima Dani García en su correspondiente velada tondelunática. Con Koldo Rodero volvió a aparece una singular aureola mágica que inundó el restaurante gracias a su sencillez y la ternura que desprendió el cocinero nacido en Tolosa, al contar la peripecia vital que le hizo llegar a la cocina del restaurante de sus padres y las trayectorias convergentes de sus progenitores para que la gastronomía se convirtiera en su modo de vida tras haberse conocido en el Guría de Barcelona.

Koldo Rodero comenzó explicando que "la memoria gustativa es fundamental para la formación de un paladar. Y en este aspecto influye decisivamente la forma en la que uno se ha alimentado de crío. Mis abuelos eran de una aldea guipuzcoana llamada Berrobi y tengo grabado a fuego la figura de mi abuela haciendo nabos con leche y migas de pan para echarles de comer a los cerdos que tenían en el caserío; los conejos de la casa, aquellas gallinas impresionates. Además, recuerdo cómo si la estuviera viendo ahora mismo guisar al pie de su cocina económica sus fabulosas alubias rojas. También me acuerdo que me hacía rezar el rosario".

Koldo recuerda de sus años jóvenes la suerte que le deparó el destino al poder acompañar a su padre Jesús por todos los restaurantes que solía frecuentar y tener la suerte de poderse merendar un bocata de foie o uno de ibérico: "Nos lo hacíamos en el restaurante", sonreía.

Koldo también relató cómo se conocieron sus padres en el restaurante Guría de Barcelona y la decisión de abrir en Pamplona en 1977 su afamado restaurante. Y habló de su formación: "Comencé casi por inercia en la sala y me enamoré del mundo de los cócteles, pero me di cuenta de que el motor del restaurante tenía que estar en la cocina, y aunque mi pasión en aquellos años era el judo, me di cuenta que mi espacio estaba en los fogones y que si quería el restaurante la dedicación tenía que ser prácticamente absoluta. Y me formé en la cocina de casa y por eso cometía tantos errores al principio, porque no había viajado a otros lugares. No recomiendo lo que hice, pero ésta es la realidad de mi historia".

Relató Koldo que de su padre Jesús tomó la base más sólida de su formación como cocinero: "Lo que sucede es que yo no podía seguir haciendo lo mismo si era consecuente con mi propia personalidad, con la forma en la que entendía mi cocina. Poco a poco fui creciendo a base de leer y de comer por ahí, de asistir a congresos gastronómicos. Así que me cargué a buena parte de la clientela habitual porque, por ejemplo, cambié el punto de cocción de las verduras y la caza no la guisaba para no deshidratar las carnes, a pesar de que las salsas eran exquisitas. El restaurante cambió y buena parte de los habituales dejaron de venir. Sin embargo, se rejuveneció en gran medida el público y empezaron a fijarse en mí los críticos y la prensa especializada y llegó la estrella Michelin que ratificó en buena medida mi trabajo".

Koldo Rodero explicó que su cocina es producto de una evolución en la que se perciben treinta años de trabajo: "En una persona existe un proceso de crecimiento intelectual y también de asimilación de todo lo que te llega del exterior. Tengo un origen y unos productos que marcan la forma de expresar y de realizar mis platos. Pero no soy nada partidario de  apabullar con la técnica y lo que busco es que cuando alguien salga de mi restaurante se sienta feliz, que haya comido bien, y también que se haya podido quedar con algún detalle que le haya podido sorprender".

Esto es lo que el chef navarro definió como equilibrio en cuanto a las formas y el fondo: "En cuanto al sabor, desde mi punto de vista es algo consustancial a cualquier cocina: los platos tienen que saber muy bien. Y la temporalidad es fundamental, tenemos alcachofas cuando hay alcachofas, no durante todo el año. En ese sentido se está produciendo una confusión importante. Estamos trabajando ahora con unos agricultores de Tudela que nos ofrecen directamente las verduras en su momento exacto y eso es verdaderamente maravilloso, como esos cardos rojos tan singulares".

Koldo tiene muy claro su concepto como cocinero en la escala de la modernidad, la creación y la vanguardia: "El vanguardismo y el exceso de técnica no sirven de nada si luego el plato no tiene sabor". A su ponencia asistieron su jefa de cocina, Diana Díaz y el jefe de repostería Jesús Torres.

A continuación compareció Cristina 'Garbancita' para explicar los proyectos que han desarrollado juntos: la primera edición del Curso Gastronómico de la Universidad de Navarra (un crítico gastronómico denominó a la gastronomía navarra como "la cocina durmiente" y necesitaban a alguien que la despertara). Koldo Rodero fue uno de los responsables de aquella iniciativa, además del I Congreso Internacional de Gastronomía en Pamplona. Cristina y Koldo hablaron del libro Esplendor de la Gastronomía Española, en el que propio cocinero navarro aparece junto a otros cinco grandes de la gastronomía española.

El menú de la cena estuvo compuesto por "Croquetas del Echaurren", "Magras con tomate" de Koldo Rodero (un canto y una deconstrucción de este peculiar majar navarro). Después hubo "Menestra" de Francis, para pasar a otro plato de Koldo, la "Merluza en gel de nécora", un recuerdo a la cocina de Jesús, su padre. Se acabó con la "Tosta de Cameros" de la casa y la cena estuvo maridada por vinos de las Bodegas Fernández de Piérola (Cyatho 100% verdejo) y el Crianza 2008, ambos fueron presentados por Carlos Bujanda.

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